Por: Daniel Pérez Romo
Egresado de Ciencias de la Comunicación UCEM
Auxiliar del Laboratorio de Periodismo UCEM
Un lugar que pareciera estar detenido en el tiempo, donde los edificios y los autos clásicos pintan las calles de muchos colores; donde la gente camina despreocupada, hablando entre ellos ruidosamente en el calor del día. Hay niños jugando con su pelota en la calle o pidiendo dulces a los turistas.
En las noches, hay jóvenes bailando afuera de su casa con la música de su radio portátil. Los parques públicos se convierten en espacios populares donde los habitantes se reúnen para conectarse a Internet con sus dispositivos móviles. Al norte de la ciudad, el inmenso mar abraza la zona a lo largo del malecón. Una ciudad tan cautivadora que ha sido el destino turístico de diferentes personajes célebres, quienes terminan enamorándose.
Conocer La Habana es ser testigo de la historia de Cuba, es descubrir el producto de una revolución que no hace más de seis décadas fue consumida. La propaganda y las imágenes de figuras políticas siguen formando parte del escenario en esta isla que es tan rica en sus paisajes como lo es su historia y su cultura.