Más que un voto, una elección

Por: Daniel Pérez Romo
Alumno de Ciencias de la Comunicación UCEM
Servicio social del Laboratorio de Periodismo UCEM

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Foto por: Adriana Álvarez – cuartoscuro.com

El proceso electoral en el Estado de México del pasado 4 de junio reveló una alta competitividad entre los partidos políticos PRI y Morena ya que, si bien el candidato a gobernador del PRI Alfredo del Mazo resultó ganador con 33.7 puntos porcentuales, la diferencia con Delfina Gómez fue muy pequeña, al ganarse la candidata de Morena al 30.8 por ciento de los votantes. A pesar del triunfo del PRI una vez más en este estado, los resultados tan cerrados en estas elecciones y considerando la baja participación electoral de los mexicanos, demuestran la inconformidad de los ciudadanos con el gobierno priista y su preferencia por partidos alternativos.

Cerca del 50 por ciento del padrón electoral no vota, ya sea por una falta de interés en la política o por una desconfianza al personal y las instituciones. Esta gran cantidad de ciudadanos que optan por abstenerse a votar benefician al PRI ya que la gran mayoría de ellos no apoya al partido y al no presentarse a las urnas para votar por algún otro, le hacen un gran favor al gobierno y a su partido.

“El día que podamos enfrentar como país estas dos cuestiones, disminuir la desconfianza interpersonal y hacia las instituciones y hacer el pueblo más politizado yo creo que ahí podemos incrementar en alguna buena la participación ciudadana” expresa Benito Nacif, consejero del Instituto Nacional Electoral durante el Taller para Periodistas 2015.

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Calidad de la Ciudadanía, realizada por el IFE, en 2013, el rango de edad con más participación es de ciudadanos de 60 a 69 años con 74 por ciento y el que presenta menor participación es de personas entre los 20 y 29 años con 53 por ciento. Esta información es preocupante ya que los jóvenes, que representan un enorme sector de la población, son los menos interesados en ejercer su derecho al voto.

Sin duda es necesario fomentar una cultura política, especialmente en los jóvenes, para obtener una mayor participación en las elecciones. No obstante, es responsabilidad de los gobernantes y de los partidos ganarse el voto de los ciudadanos, no sólo mejorando su imagen a manera retórica, sino con acciones que lleven a cabo para construir una sociedad justa y combatiendo la corrupción de forma efectiva.

Recordemos que los ciudadanos también contribuimos para el desarrollo del país y tenemos el compromiso de tomar las decisiones que, al estar bien informados, creamos más convenientes para el bien común. Si de verdad queremos lograr un cambio existen muchas formas en las que los jóvenes podemos participar para contribuir en nuestra comunidad, pero podemos empezar por cumplir con lo que a cada uno de nosotros nos corresponde para que esto suceda.