Últimamente ha circulado por los medios y las redes sociales la noticia acerca del Brexit (derivado de Britain y exit), pero las notas y “explicaciones” están repletas de palabras algo complejas y exclusivas del argot de la Economía, que para varios resulta difícil el tratar de descifrar lo que en realidad significa este fenómeno.

Brexit / EU / Quit Scrabble, por Jeff Djevdet, bajo la licencia CC BY 2.0
Podemos saber que se trata de la salida del Reino Unido (RU) de la Unión Europea (UE). La mayor parte de los resultados del referéndum (método por el cual se impone una votación popular para un motivo de suma relevancia para el Estado), llevado a cabo el pasado jueves 23 de junio se inclinaron a favor de que la nación abandone a la Unión, por lo que se han desatado distintas hipótesis de lo que podría representar tal suceso para una parte del mundo. El Brexit es el resultado de una promesa por parte de David Cameron, primer ministro del RU, que hizo durante su campaña como atención a un grupo de conservadores que se posicionaba en contra de la relación de su país con la Unión Europea; sus argumentos se refugian mayormente en la fuerte suposición de que el hecho de pertenecer a tal comunidad política equivale a un alto costo que podría ser muy innecesario (si su país ya no pertenece a ella, se ahorraría alrededor de 5 mil millones de euros al año). Con el paso del tiempo el desarrollo del Brexit comprobará la validez de su argumento.
Existen distintas posturas de economistas de muchos países en cuanto a los efectos que traerá el Brexit; algunos sostienen que este acontecimiento alterará aspectos globales debido a los lazos que se unen a los tratados de comercio, al acceso de inmigrantes europeos, a los tipos de cambio y a las inversiones, mientras que otros colocan al Reino Unido y a los países que conforman a la Unión Europea en una balanza, llegando a la conclusión de que ninguno gana y todos pierden, pues ambos polos se enfrentarían a fuertes desventajas que serían poco favorables en cuestiones diplomáticas y económicas.
Sin embargo, tomando en cuenta todo lo que implica al Brexit, podemos colocarnos en un panorama que permite ver que su alcance es casi mundial. Por ejemplo, se tiene estimado que el Reino Unido perdería millones de euros hasta el 2020 a causa del desbalance del mercado, se perderían demasiados empleos y algunas fuentes financieras abandonarían a Londres. Pero ¿por qué todo esto tendría que afectarnos a nosotros como individuos?
Aunque Mari Carmen Aponte, subsecretaria estadounidense para el Hemisferio Occidental, discute que “es muy pronto para saber qué efectos tendrá”, también objeta que habrán “consecuencias que tarde o temprano van a tocar a Latinoamérica”, y tal vez tiene razón; el hecho de que el Reino Unido tenga como plazo dos años para definir sus términos de salida, da lugar a muchas posibles permutas que no son del todo predecibles. No obstante, por el momento es seguro que países como Colombia, Chile, Perú y México son quienes sufrirán inquietud al momento de remover algunos confines con la UE en sus acuerdos de libre comercio.
Es entonces cuando deberías de empezar a preguntarte “¿cómo afectará el Brexit a mi bolsillo?”, poco importa si trabajas o no, en algún momento los ingresos de los que puedas depender se enfrentarán al impacto que trae consigo todo este asunto. México tendría que verse a la necesidad de establecer nuevas normas para intentar salvar las relaciones de comercio con Reino Unido, pero este segundo país es quien podría verse más beneficiado. Además de que el valor del dólar está en posibilidad de incrementar aún más (enseguida del resultado de las votaciones se presentó un aumento en su precio) y, con ello, también lo harían los precios de los productos que estamos acostumbrados a consumir.
Luis Videgaray Caso, el Secretario de Hacienda y Crédito Público, ha declarado que “la economía mexicana puede hacerle frente al Brexit”; en otras palabras, argumenta que en nuestro país no habrá mucha repercusión, pero se olvida de lo difícil que puede llegar a ser el enfrentarse al aumento de precios y al tener que modificar nuestra selección de productos y la manera en que ahorramos nuestro dinero.
Y es que aunque Videgaray debate la idea de que no hay mucho por qué alarmarnos, se tuvo que ver a la necesidad de hacer un recorte al gasto público de 31 mil 715 millones de pesos (no incluye a Pemex). Precisamente aclaró que ese reajuste fue originado a partir del estado tan inestable y poco predecible en el que se encuentran los mercados.
Aunque la relación que hay entre México y Gran Bretaña tan solo es del 0.7% en intercambio comercial, el desajuste económico es inevitable; no se trata nada más del consumo de productos, sino también de los cambios que se producirán de manera volátil en las distintas monedas. Podemos pensar que lo más seguro sea que los tratados de comercio no provoquen que el monto que hay que pagar por cada producto presente una disparidad tan alarmante, pero eso no nos deja exentos de que el precio del dólar no cause incremento en el costo de tales productos.
Se trata de la fragilidad que esto significará en el modo en que consumimos. Un claro ejemplo de cómo es que el Brexit está comenzando a afectarnos a los mexicanos está en el precio del petróleo; la salida del RU ha estimulado miedo entre los inversores y eso está ubicando al costo del combustible en un sesgo negativo que no refleja aspectos favorables para el peso mexicano. Esto significa que, debido a que su precio cae, son menos los ingresos para Pemex, lo que afecta al sector industrial y a la modalidad en que funcionan las pymes. Si trabajas en una pyme, es muy posible que más adelante tus ingresos sufran impactos negativos.
Por todo esto es fundamental mantenernos informados acerca de lo que realmente implica este suceso. Más allá de simbolizar fuertes consecuencias para países europeos, nosotros, como mexicanos, también estaremos inmersos en esa situación que comprometa transgresiones en nuestra economía. Todo esto evidencia un gran alboroto que nos debe de importar para saber a qué se puede encarar nuestro dinero, es decir, tendremos que conllevar el crecimiento de los precios, la depreciación del peso mexicano y la complicada situación del peso del petróleo.
Quizá la salida del RU de la UE pudo no haber sido la mejor opción; ¿cómo se protegerá la economía mexicana frente a todo esto? Incluso, llegan a clasificar a este evento como un debilitamiento a nivel mundial. No nos queda más que esperar que los términos de los nuevos tratados no afecten tanto a nuestros recursos, aunque, considerando todo lo que el Brexit está comprometiendo, los economistas no ven un camino muy favorable para México.